Foto:

María Silvana Natarén, 54 años, ama de casa, y Carlos Caravantes Galdames, 56 años, agricultor: "Había una posta sólo para los aviones, había uno armado por allá en una montaña, pero apenas oyendo el tiro había que salir, porque era el avión que venía. Sí oía tiro uno por aquel lado, mirando para allá, el avión lo veían desde que venía lejos. Ya cuándo el avión llegaba, no miraba gente, empezaba a disparar a lo loco, tirando, y nosotros encuevados ya."