Juana Muñoz, 49 años, ama de casa: "Cuando se retiraban los operativos, quedábamos
contentes nosotros con los niños. Lo triste era cuando venían los operativos, porque
andábamos aguantando agua toda la noche, caminando por los charrales. A nosotros nos
tocó comer cabeza de huerta, y si no el palo de papayo, y eso sancochado, era lo que
comíamos. Porque había momentos difíciles que no podíamos conseguir maíz, ni macillo,
ni podíamos hacer milpa, porque si hacíamos milpa, venían los operativos a destruirnos."