Santiago Orellana, 42 años, agricultor: "Nosotros salimos de la casa así como estamos,
allí quedó todo, lo quemaron los soldados. Algunos lo sacaron, algotros no, yo salí sólo
con la mudadita que andaba puesta, es como si nos saliéramos de la casa ahorita, sólo
cargamos lo que andamos puesto. Teníamos una casa propia con animalitos, gallinas,
bestias, un pedacito de tierra para trabajar."