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Abel Escalante López, 35 años, agricultor y comerciante: "Había que andar por los montes buscando raíces uno que le dicen ñame, malanga, jícamas, diferentes cosas para comer. Una piña que sirve para cerco, nosotros pelábamos aquella babosada y lo del corazón lo cocíamos y le echábamos hojas de diferentes montecitos para hacer las sopas. Los árboles de coco, lo podábamos para comernos todo el corazón, podía salir comida para unos tres, y había que cortar el árbol, un montón de cosas."